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Cuando se mira el espectro corporativo o de jefes de Estado, directores generales, gerentes de empresas, profesionales liberales, los bomberos o la policía, no se puede negar que hayamos visto muchos progresos, y que las mujeres se destacan en todo.

Basta con mirar a las mujeres líderes más poderosas del mundo, entre las que se encuentran Angela Merkel (Alemania), Christine Lagarde (FMI), Janet Yellen (Reserva Federal), Indra Nooyi (Pepsico), Ginni Rometty (IBM), Irene Rosenfeld (Kraft), etc.

Según un estudio de Mackenzie está demostrado que las empresas que tienen mujeres al frente aumentan su rentabilidad. Sin embargo solamente el 2,4 por ciento de los CEO´s de Fortune 500 son mujeres,  tan solo el 4% de los puestos de alta dirección están ocupados por mujeres, las mujeres ganan el 81 por ciento de lo que ganan los hombres, el 80% de las compras mundiales las realizan mujeres, y solo el 3% de las nuevas empresas son creadas por mujeres.

¿Por qué tal diferencia?

Esta pregunta no está explícitamente contestada en los lugares de trabajo, parece que este sigue siendo un mundo de hombres con algunos avances.

Se aprecia que cuando las mujeres quieren acceder a puestos de alta dirección, encuentran grandes barreras de entrada como son:

  • Dificultad para conciliar familia y trabajo, ya que las mujeres continúan asumiendo en mayor medida la carga familiar.
  • Patrones masculinos presentes en algunas sociedades y empresas.
  • Sistemas de promoción no siempre basados en la meritocracia.
  • Menor visibilidad de las mujeres en puestos de alta dirección.
  • Inercia, ya que los hombres llegaron antes y las cosas se hacen así.
  • Estereotipos, ya que se sigue pensando que los hombres son más eficaces en la dirección a pesar de que se haya demostrado lo contrario.

Independientemente del sexo, el liderazgo excelente va más allá del género, tiene componentes de liderazgo femenino y liderazgo masculino, ambos géneros tienen las características necesarias para desarrollar el liderazgo.

  • El “estilo de liderazgo femenino” normalmente es compasivo y transformacional, en vez del “estilo de liderazgo masculino” que es transaccional e inflexible.
  • Esto hace que las mujeres en puestos directivos sean mejores para desarrollar equipos, motivar y crear arraigo.
  • Otra ventaja importante es que normalmente las mujeres son más honestas, corren menos riesgos y son más estudiosas.

El liderazgo es un continuo, en donde todos, hombres y mujeres, tenemos una gran oportunidad de aprender, y solo serán aquellos líderes capaces de aceptar, integrar y utilizar estas características, en función de las necesidades de cada momento, los que logren tener éxito, en este mundo lleno de cambios.

Con problemas en los mercados financieros y países en la quiebra, es importante mirar a nuestros líderes, y si definitivamente el liderazgo es parte de la solución, se debe de intensificar la consciencia para fomentar el desarrollo de líderes.

Pensamiento:

“Los padres de la generación de los Baby Boomers han criado una generación de mujeres mejor adaptada para el liderazgo”

Michael D. Hais