Por Gilbert Aubert
Hace ya mucho tiempo que no se requieren trabajadores de la Revolución Industrial en nuestras organizaciones. Estos trabajadores llevaban al trabajo sus habilidades manuales y su fuerza, y tenían que hacer solamente lo que se les pedía. Literalmente el gerente-jefe no requiere que la gente piense ni sea creativa. Para el gerente-jefe las personas son inútiles, cometen faltas, les cuesta aprender y no les gusta trabajar. Esta es la Teoría X.
La gran diferencia es que, en el siglo XXI requerimos de trabajadores del conocimiento, facultados, entrenados y desarrollados para utilizar su conocimiento, su experiencia y su poder de decidir y actuar. Para el gerente-líder la gente quiere trabajar y aprender, que los traten bien, realizar bien su trabajo, hacerse cargo de sus obligaciones y responsabilidades, y tener relaciones de confianza mutua. Si es así, ¿entonces porqué todavía se encuentran bastantes gerentes-jefe? Definitivamente esto tiene que ver mucho con el estilo gerencial. Hay gerentes-jefe que les gusta jugar de policía todo el día, y se la pasan revisando y controlando a todos y todo, ver si sus colaboradores están trabajando, si están haciendo lo que tienen que hacer, y dudando de si saben cómo hacerlo.
Un gerente-líder efectivo deja que cada uno de los miembros de su equipo sea responsable de su trabajo y rinda cuentas. Sabe que su equipo puede enfrentar problemas y resolver situaciones, mejorando la motivación, el ambiente de trabajo y la productividad organizacional. El gerente-líder marca la visión oportuna y motivante, y los objetivos a alcanzar, para que sus equipos definan en conjunto las estrategias a seguir.
Si tengo que estar controlando a la gente, soy un gerente-jefe. Si faculto a mis equipos y les dejo que resuelvan ellos mismos, soy un gerente-líder.
Convirtámonos en gerentes-líderes y permitamos que los colaboradores lleven su cerebro al trabajo, utilicen su conocimiento y experiencia, sean creativos e innovadores, desarrollen sus habilidades para liderar y tomen decisiones que favorezcan los procesos productivos y la rentabilidad empresarial.
Reflexión
Mensaje para considerar por los líderes de parte de sus equipos:
“Dependemos de usted para que demuestre el coraje que se necesita para despejar el camino hacia nuestro éxito. Si desea que lo sigamos, especialmente en tiempos difíciles, debe hacerlo.
Ten el coraje de aceptar la responsabilidad y no buscar excusas para culpar a los demás.
Ten el coraje de tomar riesgos. Sí, queremos que asuma riesgos, siempre que estén bien pensados y el resultado final valga el precio que tenemos que pagar.
Ten el coraje de defender lo que es correcto, no solo lo que es conveniente. Necesitamos que usted dé el ejemplo.
Ten el coraje de darnos la libertad para tener éxito. Queremos ser los mejores en nuestro trabajo y en lo que hacemos, al igual que usted.
Se requiere coraje para tomar una posición y aceptar la responsabilidad como nuestro líder. Solo recuerde que el resultado de tu coraje es la influencia que tienes sobre nosotros. Por favor, no lo tomes a la ligera.”
-David Cottrell
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