De seguro muchos se preguntarán ¿por qué solamente de Talento y no de Talento Humano? La respuesta es porque llamamos talento a la capacidad que tiene una persona para ejercer una cierta ocupación o para desempeñar una actividad. Una persona talentosa podrá utilizar sus aptitudes o potencial para realizar actividades que tal vez hoy no realiza, y está asociado a la habilidad innata y a la creación. Por lo tanto, cuando hablamos de talento estamos hablando del potencial que tienen todos los seres humanos. Inclusive mucho se ha hablado en los últimos años de la guerra del talento, del desafío de identificar, atraer, retener y desarrollar al talento, y hasta de contratar individuos talentosos. Así vemos como el talento hoy en día es un tema clave, ya que muchas veces el problema no es la escasez de talento sino la incapacidad de reconocer el talento potencial en una persona o en un equipo y desarrollarlo.
¿Y por qué no decir Recursos Humanos? (También llamado RRHH ya que en el idioma español las abreviaturas de los nombres formados por dos palabras en plural, toma las letras iniciales y se escriben duplicadas en mayúscula). Los seres humanos nos diferenciamos del resto de los animales porque poseemos la capacidad cerebral de reflejar la realidad en forma de sensaciones, percepciones y pensamientos. Los recursos no pueden hacer eso, son materiales u otros activos que son transformados para producir un beneficio y en el proceso pueden ser consumidos o no estar más disponibles. Un recurso es una fuente o suministro del cual nos beneficiamos, son los distintos medios o ayuda que se utilizan para conseguir un fin o satisfacer una necesidad. Por lo tanto, las personas no pueden verse como un recurso, sino más bien como puro talento, puro potencial por desarrollar.
Lo mismo sucede con el frecuentemente mal denominado Capital Humano. Se entiende por capital un componente material de la producción, básicamente constituido por maquinaria, utillaje, instalaciones, materias primas, y aportaciones de los socios. Las personas no somos capital de nadie, somos puro potencial.
De nuevo otra interrogante, ¿cuál es la diferencia entre gerenciar y liderar? El gerente es una persona o conjunto de personas que se encargan de dirigir, gestionar o administrar los recursos de una organización. Entonces se gerencian los recursos como inventarios, flujo de caja, cuentas por cobrar, proyectos, la producción, inventarios, pero no se gerencian personas. La tendencia de creer que se gerencia personas se agrava por la situación muy particular de que casi todas las organizaciones están sobre administradas y sub lideradas. O sea, hay muchos administradores y escasean los líderes. No podemos seguir viendo a las personas con conceptos provenientes de las ciencias económicas, como son la extracción, producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios. Debemos de tratar a las personas con conceptos de humanismo, ya que estamos en pleno siglo XXI y el humanismo está presente en todo tipo de organizaciones, el humanismo llegó al puesto de trabajo. Por ejemplo, hay gran cantidad de manifestaciones y características como preocuparse por la salud de los colaboradores, respetarlos y tratarlos de forma amable, desarrollar la inteligencia emocional, crear programas de aprendizaje y desarrollo, inspirarlos para que le encuentren sentido a lo que hacen, comunicarse de forma asertiva, darles realimentación, desarrollar equipos de trabajo, darles confianza, etc. Dichosamente hoy en día las personas son el centro para conseguir mayor rendimiento, más productividad y mejores resultados. Ya lo vemos en las empresas con culturas más humanas, como Google, Apple, Zappos y Amazon, que atraen mejor talento porque tienen líderes más humanos. Hoy apreciamos como las cuatro funciones administrativas de planeación, organización, dirección y control se convirtieron en cinco con la llegada de una quinta función que es “liderar”. Y ante todo recordemos que somos humanos y a los humanos se les lidera. Bien sabemos que liderar es lograr que las personas y equipos hagan cosas voluntariamente sin necesidad de obligarlos.
Así es como todos los días de la semana, el trabajador del conocimiento pone a disposición de la organización su intelecto. El intelecto es la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones, innovar. Es la capacidad de desarrollar representaciones mentales de la realidad y relacionarlas entre sí. Por eso el intelecto no se estimula cuando se gerencia, solamente se estimula y desarrolla cuando se inspira, cuando se valora, cuando se lidera apropiadamente. Como las personas son un factor fundamental en el éxito de las empresas es que merecen ser liderados y no jefeados ni gerenciados.
¿Entonces será que debemos de llamarlo Líder de Talento en vez de gerente de RRHH? Así es, efectivamente eso es lo correcto, solo que aquí no se acaba el tema. Resulta que a nadie se le puede dar un título de líder, ni asignarlo, ni heredarlo, no es un cargo. Liderar no es porque está escrito en una tarjeta de presentación ni en un organigrama. Los únicos que pueden decidir si tienen o no un líder a la cabeza de su equipo o departamento son las personas, ya que si son un grupo dirán que tienen un jefe y solo si son un equipo dirán que tienen un líder. Liderar no es poder ni autoridad, liderar es ni más ni menos que influencia. Y resulta que en las organizaciones de todo tipo abundan los grupos… entonces abundan los gerentes y jefes, y escasean los líderes.
Y, por último, como nos enseña la Programación Neurolingüística (PNL), se debe de cuidar todo lo que se piensa o se dice. Al decir claramente Líder de Talento o Líder de Desarrollo Humano, lo que estamos haciendo es decretar en voz alta y entonces todo conspirará para hacer esa función realidad en la organización. Decretar correctamente ayuda a dirigir y a educar nuestra mente de manera óptima para poder lograr nuestros objetivos y convertirnos en esos líderes humanistas que estamos llamados a ser.
¿Está usted listo(a) para empezar a liderar el Talento en su organización?
Pensamiento:
“El liderazgo no es un rango o una posición. El liderazgo es una decisión y una elección. Si decide ocuparse de la persona a su izquierda y ocuparse de la persona a su derecha, se ha convertido en un líder.
-Simón Sinek
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