por Gilbert Aubert

Muchas veces al finalizar alguno de los Programas de Desarrollo de Habilidades para Liderar que desarrollo desde hace muchos años en Costa Rica y el resto de Centro América, se me acercan gerentes y me dicen literalmente – “qué lástima que no recibí este aprendizaje hace 20 años” – a lo que yo siempre les contesto – “el primer mejor momento fue hace 20 años, pero el segundo mejor momento es ahora.”

Lo anterior es muy cierto, pero esconde la triste realidad de que estos jefes y gerentes están desarrollando sus habilidades para liderar a un punto de su carrera que a menudo es demasiado tarde. Investigaciones publicadas en Harvard Business Review, muestran que la edad promedio de quienes reciben formación como líderes es de 42 años, esto es aproximadamente diez años más tarde que la edad promedio que tienen los gerentes primerizos.

Si reciben estos Programas de Desarrollo de Habilidades para Liderar hasta que cumplen 42 años en promedio, quiere decir que ya han trabajado como jefes o gerentes dentro de la organización durante una década sin recibir ninguna formación para liderar, o sea que se formaron solos o copiaron los malos hábitos y estilo de su jefe, quién tampoco se formó como líder. Lo grave es que está probado que hoy en día liderar para los gerentes y jefes no es un deseable, es una obligación.

Así como no es aconsejable practicar ningún deporte, como por ejemplo el tenis, sin entrenamiento, tampoco es aconsejable el hecho de que muchos de los gerentes estén practicando como líderes sin la formación y el entrenamiento correctos. Recordemos que cuando se practica alguna actividad sin entrenamiento se construyen malos hábitos. Nosotros construimos los malos hábitos y luego los malos hábitos nos construyen a nosotros.

Las organizaciones que invierten en un Programa de Desarrollo de Habilidades para Liderar PDHL obtienen mejor desempeño que las que no lo hacen. Logran ventaja competitiva cuando se dan la oportunidad para que sus gerentes y altos potenciales (futuros jefes y gerentes), obtengan el conocimiento y las habilidades que necesitan para liderar. En estos tiempos de cambio la gente no quiere que se les administre, sino quieren ser liderados. Y eso es por lo que a muchos gerentes los contratan por sus habilidades técnicas y luego los despiden por su falta de habilidades para liderar.

Aprender a liderar es posible solamente con un adecuado programa de aprendizaje, y lo mejor es no esperar más e iniciar lo antes posible la búsqueda de ese programa. Para escoger un verdadero PDHL, que funcione, garantice resultados, y retorno sobre la inversión, de entre toda la oferta que existe hoy en el mercado, las personas que toman la decisión tienen que saber que:

  1. Un programa exitoso no es un evento puntual, más bien es un proceso global que abarca varias etapas de desarrollo.
  2. Que los líderes nacen y se hacen, y aunque hayas nacido líder, debes de formarte en  las habilidades necesarias para poder liderar en el siglo XXI.
  3. No se puede enseñar a liderar con láminas de Power Point tal y como pretenden la mayoría de los programas ofrecidos.
  4. No puede ser el mismo programa de desarrollo de habilidades para liderar que se imparte en todas las empresas. El PDHL deberá ser diseñado a la medida de acuerdo con las características propias de cada organización, donde es primordial el contexto, la cultura, el estilo de los líderes, etc.
  5. El PDHL debe incluir una ruta crítica de aprendizaje y desarrollo de habilidades y competencias para: a. Liderarse a sí mismo, b. Liderar equipos, y c. Liderar organizaciones y sistemas.
  6. Para que las habilidades y competencias aprendidas se mantengan a mediano y largo plazo, se debe contar con el seguimiento y las herramientas apropiadas para medir los resultados logrados y revaluar la estrategia.

Investigaciones confirman que el desarrollo de habilidades para liderar es uno de los asuntos más apremiantes que enfrentan las organizaciones a nivel mundial hoy en día. También representa una gran oportunidad para lograr ventaja competitiva en sus industrias, y entre más rápido las organizaciones adopten plenamente esta realidad, así cosecharán las recompensas.

Pensamiento:

“Los grandes líderes organizacionales no nacen… ellos se han hecho.

Y afortunadamente… todavía hay tiempo para seguir desarrollándose.