Cuánto está dispuesto a pagar

Por Gilbert Aubert

Es triste ver la actitud y el comportamiento de algunas personas que conducen sus vehículos por las calles de nuestras ciudades. Van frustrados, tratando mal a otros conductores, tirando basura, adelantando a otros vehículos de manera temeraria o insultando desde sus carros, sin la más mínima consideración ni respeto para con sus semejantes. Lo más increíble de todo es que esto lo hacen de manera inconsciente y ni siquiera se cuestionan si están en lo correcto o tan siquiera si están respetando a ellos mismos. Esta mala actitud no distingue y se manifiesta por igual en todas nuestras carreteras.

Si nos tocara señalar el origen de tal barbaridad que diariamente cobra vidas inocentes, son sin duda las autoridades respectivas, ya que su sistema de enseñanza-aprendizaje-evaluación para entrega de permisos de conducir es una muestra de pobre gestión, de burocracia y falta de creencia en la mejora continua.

Qué diferente sería si nosotros, sin importar el trabajo que desempeñemos, lo hiciéramos lo mejor posible y nos preocupáramos por subir nuestros estándares de calidad y confiabilidad. ¿Por qué será que no se da esto en nuestras naciones?  La respuesta es sin lugar a duda la falta de compromiso y la mediocridad reinante en el medio. La gente no sabe cómo ser mejor ni cómo transformar su estilo de vida, por lo que caen en la rutina, la frustración y el que me importa a mí.

Interesante e increíble es ver como en otras culturas más desarrolladas las personas son responsables no sólo de sí mismos, sino también de otros eventos interrelacionados con ellos. En esas naciones desarrolladas priva el interés colectivo sobre el interés personal o de pequeños grupos. Esto es responsabilidad social.

No es obligatorio convertirse en un mejor ser humano, pero si es una aspiración irrenunciable a la cual todos tenemos derecho. Lástima que el crecer como personas no se promociona adecuadamente desde que estamos pequeños, pues definitivamente este sería un mejor mundo.

Vivimos momentos de cambio y si queremos triunfar y salir adelante, debemos mejorar nuestra situación actual, no porque estemos bien o mal, sino porque podríamos estar mucho mejor. El cambio es algo que no le gusta al ser humano, ni al grupo. Como el cambio enfrenta la inercia de la organización, de la familia y hasta del inconsciente colectivo cultural, para lograr cambiar se debe desear cambiar y estar dispuesto a pasar el dolor.

Para transformarse se requiere hacer cosas que no estamos acostumbrados ni dispuestos a realizar, pero es bien sabido que para triunfar hay que hacer lo que se debe hacer y no lo que se quiere hacer. Es bien sabido que todo en la vida requiere de un precio por pagar. ¿Cuánto está usted dispuesto a pagar por triunfar? Recuerde que lo mejor está por venir…

Reflexión

“Debemos atrevernos a ser grandes; y debemos darnos cuenta de que la grandeza es el fruto del trabajo duro, el sacrificio y el coraje”

– Theodore Roosevelt